– Con la proclamación de la II República, el PCE recuperó la legalidad, pero era una fuerza marginal. ¿Qué razones explican su crecimiento en el lustro siguiente?
– Es una historia sorprendente, el paso de una posición ultraperiférica dentro del sistema de fuerzas políticas a una central en un plazo muy breve de tiempo, y eso tiene mucha relación con la dinámica de aquel momento histórico. En el plano de la política comunista hubo dos coyunturas determinantes. Por una parte, la sustitución en 1932 de la vieja dirección que estaba pegada a la ideología radical del “clase contra clase” y del “socialfascismo”, que entonces era la línea de la Internacional Comunista, por la nueva dirección de José Díaz, Pasionaria, Hernández, Uribe…Y, por otra, el giro importantísimo que se dio, en 1935, con el VII Congreso de la Internacional Comunista y la constitución de los frentes populares. El PCE pasó de (...)