I. Los estudios e interrogaciones sobre el origen y el desarrollo de la violencia política en Argentina han recorrido un curioso derrotero, atravesados tanto por lógicas propias del campo intelectual como políticas.
En el marco de la restauración institucional de 1983 y el juicio a las Juntas Militares (1985), la matriz interpretativa estaría pautada por la “teoría de los dos demonios”, fundada en el informe de la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (CONADEP), que proponía una responsabilidad compartida entre dos extremos. Por su parte, los pioneros ensayos reactivos a dicha teoría exhibirían una marcada tendencia legitimante del accionar de las organizaciones político-militares, entendido como una reacción de “los de abajo” contra la violencia sistemática de “los de arriba”, cuyos fundamentos paradigmáticos eran los bombardeos a la Plaza de Mayo de 1955 y la masacre de Trelew (1972). En el contexto de la apertura del horror concentracionario, serían pocas las (...)