Entre el 20% y el 30% de las reservas mundiales de níquel están en Nueva Caledonia. Durante mucho tiempo, este metal esencial para muchos sectores de la industria se exportó en forma de mineral bruto –un verdadero “saqueo”, según los independentistas. El maná beneficiaba principalmente a algunas familias europeas propietarias de la industria minera del territorio–. El Frente de Liberación Nacional Canaco y Socialista (FLNCS) hizo entonces del “preliminar minero” un elemento central de las negociaciones con el Estado francés.
La toma de control de varios yacimientos por parte de Sofinor, una sociedad de economía mixta que trabaja en representación de la provincia Norte, de mayoría independentista, permitió que se efectuaran importantes inversiones en el turismo y la industria acuífera. Y la fábrica de tratamiento de níquel de Vavouto se abrió finalmente en la costa noroeste en 2013, generando la creación de miles de puestos de trabajo directos e indirectos.
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