Desde el comienzo de la guerra civil en Siria, el presidente estadounidense Barack Obama hizo saber que prefería evitar una intervención directa de Estados Unidos. Según él, su país ya había librado bastantes guerras en Oriente Próximo, y ese conflicto no amenazaba sus intereses fundamentales. Entonces, ¿por qué viró su política, amenazando con ataques militares limitados al régimen sirio, después de que este utilizara armas químicas contra la población civil el 21 de agosto pasado? ¿Por qué repentinamente el conflicto se desplazó desde los márgenes hasta el centro de la agenda estratégica estadounidense? ¿Por qué justo en ese momento?
El conflicto sirio hasta hace poco representaba un papel insignificante en la política exterior de Washington. La mayoría de la clase política estadounidense, después de dos años de sangrientos combates y más de cien mil muertos, se mostraba hostil a una mayor implicación de Estados Unidos. El presidente Obama se contentaba entonces (...)