¿Qué tienen en común la expresión de las corrientes de pensamiento y de opinión en la televisión y el Evangelio según San Mateo? Quizás este precepto: “Porque a quien tiene, se le dará más todavía y tendrá en abundancia, pero al que no tiene, se le quitará aun lo que tiene”. Entre el 1 de febrero y el 20 de marzo, las principales veinticinco cadenas de televisión y de radio francesas dedicaron 10 horas y 15 minutos de tiempo de emisión (1) a Philippe Poutou (Nouveau Parti Anticapitaliste, Nuevo Partido Anticapitalista), 5 horas y 10 minutos a Jean Lasalle (Résistons!, ¡Resistamos!), pero 315 horas y 15 minutos a Emmanuel Macron (En marche!, ¡En Marcha!) y un poco más de 529 horas a François Fillon, según el recuento del Consejo Superior del Audiovisual (CSA). TF1, argumentando el principio de equidad (y no de igualdad) entonces en vigor, reservó el gran debate del 20 de marzo a los cinco candidatos con mejores resultados en las encuestas. Excluido del panel, al igual que otros cinco candidatos, Nicolas Dupont-Aignan (Debout la France, Francia en Pie), diputado por Essonne, presentó un référé-liberté (2) ante el Consejo de Estado para que este último solicitara al CSA que obligara a TF1 a revisar quién participaría en su emisión. Ese 16 de marzo, en la sala de lo contencioso en el Palacio Real, el desafío sobrepasó este caso particular. ¿Manda la equidad modular el tiempo de palabra de los candidatos más bien según su representatividad, es decir, según su notoriedad y según su fuerza institucional ya establecida, o más bien según su contribución a la animación del debate electoral, es decir, según su capacidad para difundir ideas originales (en teoría, el CSA aprecia ambos criterios)? Y, de forma subsidiaria: ¿le incumbe a una cadena comercial, preocupada en primer lugar por la audiencia y los ingresos publicitarios, zanjar esta cuestión? Bajo un fresco que representa el Palacio de Orsay antes de que los partidarios de La Comuna lo incendiaran, Dupont-Aignan explica: “He leído con mucha preocupación la memoria de la sociedad TF1 [transmitida al Consejo de Estado]. Hay páginas que dan escalofríos”. Desde su punto de vista, “no es tarea de una cadena televisiva apreciar la calidad política de un representante electo” calificándolo como “candidato secundario” con un discurso “inaudible” que “sólo representa un papel de escasa relevancia” en la campaña. “Este juicio de valor introduce una selección previa totalmente contraria al espíritu de la ley”. Si el CSA “sólo tiene en cuenta a los candidatos que ya aparecen en los medios de comunicación, nunca habrá nuevos participantes en la democracia francesa”. Además, las mismas consideraciones relacionadas con las encuestas habrían alejado a Benoît Hamon y a François Fillon de los debates televisados con motivo de las primarias.
En frente, los representantes del CSA y los de TF1, la cadena del grupo Bouygues, están sentados unos al lado de los otros. Los primeros consideran que se ha respetado la equidad. Pero en el caso de que no fuera así, no podrían hacer gran cosa: la autoridad de regulación del ámbito audiovisual no cuenta con “poder de conminación” y no “se injiere en la libertad editorial de las cadenas” –“las cadenas, a las que ya imponemos muchas obligaciones”, se revela Sylvie Pierre-Brossolette, ex redactora jefa de Le Point que se pasó a CSA–. Para TF1, el imperativo de “legibilidad” y de “claridad” de los intercambios obligaba a excluir a más de la mitad de los candidatos. Sólo los más conocidos podrán darse a conocer mejor. Ahora bien, escribe la cadena, Dupont-Aignan “es poco perceptible en el debate público y es objeto de un tratamiento mediático, cuanto menos, discreto”. Lo que justifica su exclusión... De todas formas, anuncia el abogado de TF1, se toma o se deja: “El aplazamiento de este debate es materialmente imposible. Si se accediera a una conminación, el debate, simplemente, no tendría lugar”. El desenlace disipa casi por completo las dudas: al darle la razón a Dupont-Aignan, el Consejo de Estado habría desacreditado al CSA, el cual está presidido por Olivier Schrameck, ex presidente de sección... del Consejo de Estado.
Invitado como compensación al telediario de TF1 (18 de marzo), el candidato cuya solicitud presentada ante la Justicia administrativa fue desestimada denunció su evicción antes de abandonar el plató declarando: “Espero que, con mi gesto, su cadena se reconcilie algún día con la democracia”. Ardid de la razón mediática, la secuencia será visionada más de trece millones de veces durante los siguientes días, es decir, más que el debate del que fue desterrado.