El 5 de septiembre de 2001, el Parlamento Europeo denunciaba la existencia de ECHELON, una red de espionaje de dimensión planetaria, operada por Estados Unidos, el Reino Unido, Canadá, Australia y Nueva Zelanda. Este sofisticado sistema de interceptación, nacido al finalizar la segunda guerra mundial y que continúa plenamente operativo, se ha utilizado con fines militares, pero también económicos e incluso privados, llegando a vulnerar el derecho fundamental da la intimidad de todos los habitantes del planeta en nombre de la lucha contra el terrorismo.
Como señaló Nicki Hager, investigador neozelandés en asuntos de inteligencia, en su comparecencia ante el comité ECHELON del Parlamento Europeo, “hoy en día, cuando uno envía un correo electrónico o utiliza un móvil, es como si enviara una postal con sus mensajes privados escritos al dorso, o como si escribiera un mensaje en un trozo de papel y lo colgara fuera de su casa”. Este libro (...)