En marzo de 2014, se puso en juego un escaño en la Cámara de Representantes, tras quedar vacante el del republicano Charles William Young, fallecido unos meses antes. La demócrata Adelaïde (“Alex”) Sink parecía estar bien posicionada para ganar ese 13º distrito de Florida, donde Barack Obama resultó vencedor en 2008 y 2012; su adversario, el ex lobbysta David Jolly no era popular, había recaudado menos fondos, y finalmente, solo contaba con un tímido apoyo de su partido. “Era uno de los escaños más vulnerables de los republicanos –advertía el politólogo Larry Sabato el 12 de marzo–. Sin embargo, lograron conservarlo”.
Este resultado ha sido ampliamente interpretado como un referéndum contra la Administración de Obama, supuestamente debilitada por la caótica puesta en marcha de la reforma del sistema sanitario, el caso de las escuchas de la National Security Agency (NSA) o incluso por una política exterior considerada desconcertante. Pero no es (...)