Cada año en Francia, 84.000 mujeres y 14.000 hombres afirman haber sido víctimas de violación o de intento de violación en las investigaciones sobre victimización. Sin embargo, los tribunales de lo penal solo pronuncian unas 1.500 condenas por este crimen definido por el Código Penal francés como “todo acto de penetración sexual, con independencia de su naturaleza, perpetrado contra otra persona con violencia, coacción, amenaza o sorpresa” y punible con quince años de prisión (veinte años si la víctima tiene menos de 15 años).
Estas cifras traducen los obstáculos que jalonan el recorrido de una víctima: la presión que ejerce el violador sobre la víctima para silenciarla; el rechazo de la Policía a registrar las denuncias con pretextos a menudo ilegales, como la ausencia de un parte médico o que no es el lugar correcto para presentar la denuncia, según el Collectif Féministe contre le Viol. Así, las fuerzas del orden (...)