“No puede haber comercio sin guerra, como tampoco guerra sin comercio.”
Jan Coen, gobernador de la Compañía holandesa de las Indias Orientales (1614).
Contratar extranjeros para hacer la guerra es algo tan antiguo como la guerra misma. Casi todos los imperios, del Egipto antiguo al Imperio Británico de la reina Victoria, utilizaron tropas extranjeras de una u otra forma. La literatura y el arte populares de todas las épocas están llenos de esas historias. Esos extranjeros, conocidos en el lenguaje corriente como “mercenarios”, participaban en los conflictos a título individual, de uno u otro lado, a favor de quien mejor pagaba. Podían actuar en el marco de entidades muy organizadas, pero en todos los casos su principal motivación era el dinero.
Esas acciones privadas en el terreno militar reflejaban a menudo el grado de desarrollo de la economía y de la sociedad de mercado. En ciertos casos, fueron incluso el motor de ese (...)