“La palabra herejía... implica una elección (haereo en griego significa elegir). El hombre puede desviarse de la rectitud de la fe cristiana por dos motivos: por un lado, porque no quiere adherirse a Cristo; por el otro, porque no elige lo que realmente se transmite sino lo que su propio espíritu le sugiere. La herejía es una especie de infidelidad”. Hace ocho siglos, Santo Tomás de Aquino definía así la recta ratio, el pensamiento “justo”, conforme al dogma, el que proporciona la verdad y legitima el orden existente; ubicaba el espíritu crítico y nada menos que la razón humana en el bagaje de los herejes.
Las declaraciones sobre la construcción europea permiten descubrir a sus herederos, quienes no analizan pero asestan, lanzan anatemas: así, toda persona que rechaza el proyecto de Constitución sería, para Michel Rocard “deshonesta”, para Daniel Cohn Bendit “conspiradora”. Intentan impedir de esta manera toda reflexión sobre el (...)