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Un laboratorio desvitalizado

por Jean Michel Djian, octubre de 2005

“Construir la paz en la mente de los hombres”: tal es el propósito fundacional de la Organización de las Naciones Unidas para la educación, la ciencia y la cultura (Unesco). Su Constitución fue elaborada y aprobada el 16 de noviembre de 1945 en la Conferencia de Londres, que reunió a 44 Gobiernos preocupados por “eliminar la guerra de raíz”. Pero su verdadero nacimiento es el 4 de noviembre de 1946, después de que 20 Estados signatarios presentaran sus instrumentos de aceptación.

A sus 60 años, esta agencia especializada de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) cuenta con 191 miembros, pero el planeta sigue siendo igualmente un lugar dañado. “Estas guerras y su siniestro cortejo de atrocidades constituyen un fracaso para la Unesco y para la humanidad en su conjunto”, dirá Federico Mayor, su director general entre 1987 y 1999. Su sucesor, el diplomático japonés Koichiro Mastuura, parece compartir esta declaración (...)

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