Wuhan, Chengdu, Zhengzhou, Chongqing, Shangai, Ningbo o incluso Tianjin: en total, Foxconn posee una veintena de fábricas chinas de todos los tamaños. Desde la consola de juegos hasta el Smartphone 4G, el 40% de la electrónica destinada al gran público mundial es fabricado en China por el industrial taiwanés, que emplea a más de un millón de obreros, en su mayoría de menos de 25 años y con salarios de hasta 4.000 yuans (poco menos de 500 euros) al mes con jornadas de hasta sesenta horas semanales. Pero Foxconn está también presente fuera de China, con una fábrica de ensamblaje de televisores Sony en Eslovaquia. Y comienza a producir en la India, Malasia y Brasil. A los 61 años, Terry Tai Ming Gou, su fundador, posee el 30% de las participaciones y figura en el 179º lugar en el ranking de las mayores fortunas del mundo de la revista Forbes.
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