Vladímir Putin podría convertirse en el primer jefe de Estado en recibir a Kim Jong-un, invitado a las ceremonias del setenta aniversario de la victoria de Rusia sobre el nazismo, el 9 de mayo próximo. Este desplazamiento al exterior, el primero desde que sucedió a su padre en diciembre de 2011, le dará al dirigente norcoreano la oportunidad de encontrarse con otros jefes de Estado y de gobierno y debería marcar su entrada oficial en la escena internacional. La visita confirmará sobre todo el veloz acercamiento entre la República Popular Democrática de Corea (RPDC) y Rusia.
Cercado al oeste por las sanciones internacionales, consecuencia del conflicto en Ucrania y de la anexión de Crimea, Moscú se vuelve hacia el este, refuerza sus relaciones con China y redescubre el peso estratégico de la RPDC en los equilibrios regionales (punto de convergencia de los intereses estadounidense, chino, surcoreano y japonés). Pyongyang, por su (...)