La situación de los palestinos sigue siendo muy difícil. Una parte de su territorio, según las fronteras de 1967, (Jerusalén-Este y fragmentos de Cisjordania) ha sido anexionado de hecho por Israel. Las autoridades de este país continúan construyendo, con la justificación de proteger a su población civil contra los atentados, un imponente Muro de Separación que divide a menudo comunidades y familias palestinas. Mientras decenas de miles de colonos israelíes prosiguen, bajo la protección de las Fuerzas de defensa de Israel, su incesante instalación en Cisjordania.
Frente a estos problemas, los palestinos han adoptado tres actitudes. En Gaza, controlada por Hamás, y de donde los israelíes se retiraron por decisión unilateral en 2005, se apuesta por la resistencia armada y se siguen lanzando misiles artesanales contra ciudades israelíes que causan víctimas civiles y provocan contraataques mortíferos.
En Cisjordania, controlada militarmente por Israel que mantiene en sus carreteras unos seiscientos puestos de control (checkpoints), gobierna Al Fatah, acusado por muchos palestinos de corrupcion y de colaboración con el ocupante.
La tercera actitud –ni religión, ni corrupción–, la encarna el doctor Mustafa Barghouti, secretario general de Iniciativa Nacional Palestina (INP), ex ministro de Informacion del Gobierno de unidad nacional en 2007, y ex candidato a la elección presidencial de 2006 en la cual consiguió un tercio de los votos y obtuvo un segundo lugar, detrás del actual presidente Mahmud Abbas.
Nacido en 1954, en Jerusalén, el Dr. Barghouti es médico, formado en las universidades de Moscú, Jerusalén y Standford. Su modelo político de referencia es Gandhi, el padre de la independencia de la India, conseguida mediante la estrategia de la no violencia. Sus tesis encuentran cada día más apoyo en una sufrida sociedad palestina, hastiada de la corrupción de Al Fatah y recelosa del fundamentalismo de Hamás.
Con un soporte internacional que crece sin cesar (el ex presidente de Estados Unidos, James Carter, se ha entrevistado con él recientemente en Ramala) y con el respaldo decidido del propio movimiento pacifista israelí, Mustafa Barghouti apuesta por una sociedad civil laica, basada en los principios de una democracia radical adosada a los movimientos sociales, y asentada en los principios del buen gobierno. Es partidario de una lucha pacífica contra la ocupación de su país para alcanzar la plena soberanía, y lidera el principal movimiento de resistencia de masas basado en la fuerza de la no violencia.
Conversamos con él en su luminoso despacho de Ramala, en Cisjordania, desde cuyos amplios ventanales se avizora, en la cima de unas no tan lejanas colinas, la construcción de otra nueva colonia israelí...