Impregnado de la Teología de la Liberación, denominado “el obispo de los pobres” por sus partidarios y suspendido por el Vaticano, el ex obispo Fernando Lugo ha sido elegido presidente de Paraguay con un 40,82% de los votos, dentro de un escrutinio marcado por una participación superior al 60%. Ha aventajado en un 10% a la candidata del Partido Colorado, Blanca Obelar, y en un 18% al ex general golpista Lino Oviedo, candidato de la Unión Nacional de Ciudadanos Éticos (Unace).
Se trata de una nueva victoria de la izquierda en el continente americano, pero el acontecimiento, al tratarse de un pequeño país de 6,7 millones de habitantes, merece ser destacado. Pone fin a una hegemonía de más de sesenta años del Partido Colorado –entre los cuales hubo treinta y cinco años de dictadura del general Stroessner (1954-1989)– y supone una ruptura con un sistema mafioso, gangrenado por el clientelismo y (...)