Çapulcu (“chusma”): así es como el primer ministro turco Recep Tayyip Erdogan llama a las miles de personas comprometidas con el levantamiento popular que desafía su autoridad; un movimiento nacido como reacción a la brutalidad de la intervención policial contra los manifestantes que denunciaban la destrucción del parque Gezi, en Estambul, el 31 de mayo de 2013. Más tarde, las redes sociales adaptaron esta palabra al inglés (chapulling) y le dieron este otro significado: aquel o aquella que pelea por los derechos de todos. Y, actualmente, son muchos los que en Turquía reivindican su voluntad de “chapullar”.
Esta situación traduce antes que nada la profunda división de la sociedad. Lejos de las caricaturas –una movilización con el único objetivo de defender unos árboles del parque Gezi, una agitación juvenil–, pone en evidencia “una división en términos de modos de vida” que “hiela la sonrisa a Erdogan”, observa Aysegul Bozan, especialista en (...)