Durante el periodo que siguió a la Segunda Guerra Mundial, el conflicto renta del capital versus renta del trabajo se apaciguó gracias a un pacto entre los dos adversarios. Este pacto determinó que los salarios, incluyendo el salario social (con aumento de la protección social basada en el desarrollo de los servicios públicos del Estado de Bienestar), evolucionaran con el aumento de la productividad. Consecuencia de ello: las rentas del trabajo subieron considerablemente, alcanzando su máximo (a los dos lados del Atlántico Norte) en la década de 1970.
A finales de la década de 1970 y principios de los años 1980, este pacto social se rompió como consecuencia de la rebelión del capital ante los avances del mundo del trabajo. La respuesta del capital fue el desarrollo de una cultura económica nueva basada en el liberalismo, pero con una mayor agresividad. Es lo que llamamos el neoliberalismo, cuyo objetivo es recuperar (...)