Fue una batalla homérica, que todos los medios de comunicación del mundo cubrieron minuto a minuto. La Organización del Estado Islámico (OEI), que conquistó Mosul en junio de 2014, siguió su espectacular avance, tanto hacia Bagdad como hacia la frontera turca; en Siria, ocupó el 80% de la ciudad de Kobané. Los enfrentamientos se recrudecieron durante varios meses. Las milicias kurdas locales, apoyadas por la aviación de Estados Unidos, recibieron armas y unos ciento cincuenta soldados, enviados en apoyo por el Gobierno regional del Kurdistán iraquí. Los enfrentamientos, difundidos con fervor por los canales de televisión occidentales, concluyeron a principios de 2015 con un repliegue de la OEI.
¿Pero quiénes componen esa heroica resistencia que ha cortado una de las cabezas de la hidra terrorista? Genéricamente calificados de “kurdos”, la mayoría de sus integrantes pertenecen al Partido de la Unión Democrática (PYD), rama siria del Partido de losTrabajadores de Kurdistán (PKK). (...)