¿Alguien recuerda acaso la visita relámpago a Libia de Nicolas Sarkozy y David Cameron, el 15 de septiembre de 2011? Frente a una multitud en Bengasi, el entonces presidente francés hacía un llamamiento a la población a “dar muestras de un nuevo coraje, el del perdón y la reconciliación”. Para los medios de comunicación franceses, este discurso triunfalista consagraba el éxito de la guerra librada por la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) contra las tropas del régimen de Muamar el Gadafi.
Casi cuatro años más tarde, llegó la hora de la desilusión y la preocupación. Presa de la inestabilidad política y los enfrentamientos armados entre facciones rivales, Libia parece al borde de la implosión. La seguridad pública no deja de deteriorarse. Así, en julio de 2014, Francia debió evacuar su embajada durante la noche, bajo la protección de sus fuerzas especiales. Desde entonces, el ministro de Defensa Jean-Yves Le (...)