La redada que llevó a cabo Estados Unidos en Pakistán en la noche del 1 al 2 de mayo de 2011 levantó una parte del velo que cubre la guerra oculta que libran entre sí los servicios de inteligencia estadounidenses y pakistaníes. Pero no reveló todos sus secretos.
En 2004, durante la Administración de George W. Bush, Pakistán se unió a la categoría privilegiada de los “principales aliados de Estados Unidos fuera de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN)”, un club de menos de quince naciones (que incluye a Australia, Israel y Japón). Siete años después, cabe preguntarse sobre el estado real de la relación entre Estados Unidos y Pakistán, cuando Osama Ben Laden acaba de ser asesinado en la ciudad-guarnición de Abbottabad, cercana a la academia militar más importante del país. Allí mismo donde, una semana antes, el general Ashfaq Parvez Kayani, jefe del Estado Mayor del Ejército, (...)