Cuando el ministro francés de Enseñanza Superior Alain Devaquet proyectó en 1986 la instauración de procesos de selección para acceder a las universidades, cientos de miles de estudiantes de universidades e institutos salieron a la calle y el Gobierno reculó. Con la ley relativa a la orientación y al éxito estudiantil (llamada “Ley ORE” o “Plan Estudiantil”), ideada por el actual Gobierno, la selección se ha convertido en una realidad. A pesar de la movilización de numerosos profesores investigadores, pocas personas han acudido a las manifestaciones –por ahora– y parece que no se está organizando ningún tipo de resistencia. ¿Cómo explicarlo?
Una parte de la respuesta se encuentra en la reconfiguración de las relaciones de fuerzas en el seno de los establecimientos. Con respecto a los estudiantes, los sindicatos clasificados como de izquierdas están perdiendo influencia. La Federación de Asociaciones Generales Estudiantiles de Francia (FAGE), que apoya la reforma, no deja (...)