El escritor Gore Vidal decía que el novelista neoyorquino Louis Auchincloss era “el único que relataba cómo se comportan los patricios que nos gobiernan en sus bancos y salas de reuniones, en sus bufetes de abogados y sus clubes”. Esta es tal vez una de las mayores virtudes de la novela: poner al desnudo un esperpento que de otra manera no seríamos capaces de soportar. ¿Pero quién ignora que los poderosos poseen sus propios códigos y costumbres y que tanto el poder como la justicia se muestran más severos con unos que con otros? A este respecto, el caso de Jeffrey Epstein, ese multimillonario acusado de tráfico de menores que se suicidó en su celda el pasado 10 de agosto, es mucho más que un escándalo sexual: es un caso de libro que revela los graves defectos de la justicia penal estadounidense.
Personaje célebre entre la flor y nata de Florida (...)