Desde los acontecimientos del 11 de septiembre de 2001 los musulmanes originarios de países árabes y del sudeste asiático son las primeras víctimas de las medidas liberticidas adoptadas por la administración de George W. Bush. Más de un millar han sido detenidos a causa de su religión o de sus orígenes étnicos. Tras permanecer detenidos durante semanas o meses enteros, ninguno ha sido acusado de crímenes terroristas.
En nombre de la lucha contra el terrorismo, la administración puede efectuar operaciones secretas, reprimir delitos de opinión, hacer seguir o vigilar a las personas –aunque no existan elementos de sospecha de actividades criminales- obtener informaciones sobre la vida privada de los ciudadanos o de los extranjeros residentes en Estados Unidos, para iniciar investigaciones.
Las leyes más conocidas de ese arsenal son las del USA Patriot Act y del Homeland Security Act (ley de seguridad interna) adoptadas el 26 de octubre de 2001. A las (...)