La Transición sangrienta. Una historia violenta del proceso democrático en España (1975-1983)

La muerte de Franco en la cama no puso automáticamente punto y final a los usos y costumbres represivas que habían imperado a lo largo de la dictadura. Los aparatos del Estado todavía funcionaron a pleno rendimiento durante varios años, tutelando de cerca el cambio en las estructuras políticas, judiciales y militares. Lejos de constituir un modelo idílico y exportable para reformistas de regímenes autoritarios, la Transición democrática española fue un trayecto de violencia y muertes que el discurso oficial y la amnesia pactada entre los actores políticos han pretendido silenciar. Las víctimas de la violencia política, como señala Sánchez Soler, mueren siempre dos veces: con su asesinato y con el olvido. Este documentado libro es un buen antídoto contra los intereses creados. Por aquí desfilan los aparatos del Estado en prisiones, comisarías y cuartelillos; la opresión generalizada, leyes penales especiales, control violento de la calle, conexiones de la guerra (...)