El 31 de octubre sin falta”. Fue en estos términos como el 6 de agosto de 2010, el presidente marfileño Laureng Gbagbo anunció, finalmente, –en el lujoso marco de la Fundación Félix Houphouët-Boigny para el fomento de la paz, en Yamusukro– decidió la realización de una elección presidencial en su país. Desde 2005, el escrutinio se fue aplazando varias veces por la ausencia de un acuerdo respecto al padrón electoral, no sólo a causa de la ley sobre la marfilidad, sino también por las secuelas de la guerra civil entre 2002 y 2007. La última consulta, realizada en 2000, ocurrió entre sangrientos disturbios y, finalmente, la movilización de los barrios populares de Abiyán impuso la victoria de Gbagbo sobre un poder militar vacilante. El anuncio repentino de la elección en realidad marca la salida de un largo proceso de pacificación interna y externa.
La crisis marfileña deriva en parte de la (...)