En cuatro años (1975-1979) el régimen de los jemeres rojos liquida a una cuarta parte de la población camboyana: cerca de dos millones de personas. Más que un programa destinado a convertir el país en un Estado agrario, el ideal del revolucionario Pol Pot se basa en la eliminación de elementos burgueses e intelectuales –bocas inútiles– y en la destrucción de fábricas, colegios, universidades, hospitales y bibliotecas. Hasta que el ejército vietnamita no ocupa Phnom Penh y libera Camboya de una dictadura sanguinaria (en 1970 Estados Unidos apoya el derrocamiento de Norodom Sihanouk, que a su vez provoca el advenimiento de los jemeres rojos), la represión y la masacre no cesan.
Denise Affonço, superviviente del exterminio, escribe un testimonio estremecedor. La protagonista, nacida en Phnom Penh en 1944 de padre francés y madre vietnamita, era secretaria en la embajada francesa en Phnom Penh cuando los jemeres rojos dieron el (...)