“Nos mintieron en varias ocasiones, tomaron decisiones a nuestras espaldas, nos situaron ante hechos consumados. Ocurrió con la expansión de la OTAN hacia el Este, así como con el despliegue de infraestructuras militares en nuestras fronteras”. Aquel 18 de marzo de 2014, en su discurso que justificaba la anexión de Crimea por parte de la Federación de Rusia, el presidente Putin expresaba su resentimiento hacia los dirigentes occidentales.
Poco después, la revista de la OTAN le respondía con un alegato cuyo objetivo era desmontar ese “mito” y esa “supuesta promesa”: “Nunca existió ningún compromiso político o legalmente vinculante de Occidente de no ampliar la OTAN más allá de las fronteras de una Alemania reunificada”, escribía Michael Rühle, jefe de la sección “Seguridad energética”. Al precisar “legalmente vinculante”, revelaba el secreto. Documentos recientemente desclasificados permiten reconstituir las conversaciones de entonces y hacerse una idea de los compromisos políticos occidentales con Míjail Gorbachov (...)