Surgida en los años 1980 en Estados Unidos, en cuyo mundo académico conoció un éxito fulgurante, la world history, global history o incluso big history (aunque estas expresiones no sean estrictamente sinónimas) se extendió por Europa, América Latina y Asia durante las dos décadas siguientes. No es, estrictamente hablando, una nueva escuela histórica, ya que las obras que se enmarcan en la world history difieren en el plano metodológico y epistemológico, no digamos ya en sus conclusiones. Más bien, propone una nueva forma de ver y escribir la historia de la humanidad, desde una perspectiva de escala mundial.
Lo que implica primero que nada descentrarla: no solo rompiendo con el reduccionismo de esa historia que yuxtapone las compartimentadas historias nacionales de los Estados nación, sino también emancipándose del eurocentrismo o el occidentalocentrismo. Hasta hace poco, este ha llevado a los historiadores a tener en cuenta únicamente el punto de vista de (...)