Apenas el 1% de los habitantes de la India gozan de un seguro médico. Por ello, la mayoría de los habitantes pagan por adelantado su atención sanitaria, y los vínculos personales que se tejen con el médico revisten una importancia particular. La relación de fuerzas entre médicos y pacientes es así muy diferente de la que se observa en los países occidentales.
Según Farhad Kapadia, médico investigador del hospital Hinduja de Mumbai, sólo quienes “no tienen ningún tipo de elección” aceptan librarse del punto de vista de un médico y someterse a un protocolo seleccionado aleatoriamente por un ORDENADOR, sin saber a qué “rama” de la experimentación se los asignará. En otras palabras, las personas que participan en las pruebas clínicas son las más pobres, que viven en el espacio social más alejado de todo universo “medicalizado”.
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