El 13 de abril de 2020, Emmanuel Macron se convertía en foco de atención del mundo entero al pedir una “anulación masiva” de la deuda africana para apoyar al continente ante la pandemia de covid-19. Entre 2010 y 2018, esta deuda se ha duplicado hasta alcanzar los 195.000 millones de dólares (171.000 millones de euros) (véase el recuadro). Unas horas más tarde, el G-20 desautorizaba al presidente francés decretando únicamente una suspensión de pagos para los países más pobres.
La propuesta francesa era una pantomima. París es detentora de 14.000 millones de euros de deudas de 41 países africanos, es decir, menos del 3% de la deuda externa pública bilateral del continente, mientras que China no baja del 20%, según las estimaciones. Aunque el Estado francés cancelara completamente esas deudas, un supuesto evidentemente deseable, esto solo tendría un efecto muy marginal en el endeudamiento del continente africano. Lo que (...)