Recomendaciones de organismos multilaterales, pronunciamientos de defensores de los derechos humanos y editoriales de diversos periódicos dan cuenta del carácter de la Ley de Justicia y Paz aprobada el pasado 21 de junio en Colombia y con la cual el presidente Álvaro Uribe Vélez pretende “sellar la paz” con los grupos paramilitares. El editorial del 4 de julio de The New York Times, titulado “La capitulación de Colombia”, precisa que “más bien debería llamarse ‘Ley de impunidad para asesinos en masa, terroristas y principales traficantes de cocaína”.
Para lograr su propósito, el Congreso colombiano, sin aval de la comunidad internacional y sin el consenso inicial que imaginaron y desearon sus impulsores, pero con la mayoría requerida, les dio status político a estas fuerzas, a pesar de conocer su procedencia, actividades y soportes pasados y actuales.
Contrariamente al Gobierno, los paramilitares no niegan que sean hijos del Estado. Así lo afirma Ernesto Báez, (...)