Raras veces hemos visto a trabajadores reivindicar una relación de sumisión respecto de su jefe. Sin embargo, los conductores de VTC (vehículos de transporte con conductor) que trabajan en asociación con plataformas digitales como Uber han esgrimido dicho vínculo. Pretenden de ese modo escapar a su situación de autónomos a fin de beneficiarse de los derechos sociales, haciendo valer que, en realidad, dependen de un empleador al que están subordinados. “Una nueva batalla jurídica alrededor de Uber comienza”, señala el periódico económico Les Échos. “La Urssaf persigue a la plataforma para recalificar a sus conductores como empleados [ya que] existe un ‘relación de subordinación’ entre ellos y la plataforma”.
Apenas se recuerda, pero los asalariados pagan las prestaciones y garantías asociadas a su estatus de dos maneras: en dinero –sus cotizaciones contribuyen a darles acceso a derechos de cobertura médica, jubilación, formación, etc.– y en “especie” –están obligados a aceptar una (...)