Los gobiernos europeos ya ni se toman el trabajo de ocultarlo: la única motivación de todas sus decisiones es darles garantías a los mercados financieros, con las agencias calificadoras en el papel de distribuidoras de puntos buenos y malos. Los mercados tienen su brazo armado: la “troica” Comisión Europea / Banco Central Europeo (BCE) / Fondo Monetario Internacional (FMI). Como vanguardia de una tropa de ocupación, asienta sus cuarteles en los ministerios de los países europeos “beneficiarios” de los planes de “rescate” para verificar el correcto cumplimiento de sus imposiciones.
Hasta hace pocos años, quienes denunciaban la “dictadura de los mercados” eran tomados por extremistas. Esta fórmula traduce hasta tal punto una realidad obvia que hoy en día forma parte del lenguaje corriente. Por ahora, esta dictadura no necesita imponerse por medio de la coerción física, ya que los propios gobiernos son quienes, de dimisión en capitulación, subrepticiamente le han permitido (...)