Como consecuencia de su retirada de Gaza en agosto de 2005, las fuerzas israelíes emplearon nuevos métodos, completamente desproporcionados, contra la población civil, oficialmente para destruir el poder de fuego de los cohetes palestinos. Las deflagraciones causaron escenas de histeria colectiva y aterrorizaron a toda la población... Según la ONU, entre mayo y junio habrían caído 8.000 obuses.
Dormíamos en medio del estruendo del bombardeo, del ruido de los obuses que explotaban a pocos kilómetros de nuestras casas. Mientras dormíamos, los obuses caían, y seguían cayendo a la mañana siguiente, a la hora de la plegaria.
Israel cierra sistemáticamente el puesto de control de al Mintar, por el que pasaban las mercancías, y coloca unos carteles que dicen: “Medidas de seguridad”. Eso provoca pérdidas de millones de dólares a los agricultores, y a la economía en general (sin contar el agotamiento de las reservas de víveres y de medicamentos).
La vida en Gaza (...)