En Suiza, un debate sin precedentes

Un hombre obeso, en camiseta de tirantes con una constelación de manchas, apoltronado en un sofá delante de una pizza y de latas de cerveza. En Suiza, este cartel de los opositores a la iniciativa popular “Por una renta básica incondicional” habrá demostrado que los fantasmas asociados a la ociosidad de los pobres están muy presentes. Por escarnio, el personaje exhibía una corona de cartón dorado. En efecto, los autores de la iniciativa habían organizado la distribución de coronas de cartón en las estaciones, haciendo de éstas el símbolo del poder que, a sus ojos, una renta básica podría devolver a cada uno sobre su vida. El pasado 5 de junio, esa utopía fue rechazada por cerca del 77% (con una participación del 46,4%). Sin embargo, encontró algunos partidarios más (alrededor del 35%) en el cantón de Basilea-Ciudad, en Ginebra y en el cantón del Jura. Incluso algunos barrios de (...)