Tomemos el caso de dos futuros padres capaces de transmitir a su prole la predisposición genética a una enfermedad grave. ¿Debe autorizarse el diagnóstico prenatal, que permite detectar la anomalía en el feto in utero? ¿Puede recurrirse al diagnóstico preimplantatorio, es decir, al examen de un embrión producto de la fecundación in vitro? De la respuesta a estas preguntas depende también un enfoque de la bioética más amplio. El de la investigación sobre el embrión, actualmente sometida a un régimen de autorización excepcional. En el centro de este debate de especialistas existen decisiones sociales que las mujeres son las primeras en afrontar.
“¿La polémica?, ¿qué polémica? Todos los especialistas están de acuerdo”, afirmaba en abril de 2008 François Thépot, por entonces director médico y científico adjunto de la Agencia de Biomedicina. Para evitar el nacimiento de niños con una predisposición genética al cáncer de colon, se realizaron en Estrasburgo y Montpellier (...)