Los cimientos de la ciencia de la herencia humana fueron establecidos por un primo de Charles Darwin, Francis Galton (1822-1911), en la Inglaterra de la segunda mitad del siglo XIX. Matemático fracasado pero científico polifacético, Galton fue un pionero en la medición estadística de la herencia. Se dedicó primero a demostrar la herencia de la inteligencia a partir de enciclopedias biográficas de personajes ilustres. Hombre de acción, se propuso luego medir las variaciones observadas en muestras de población e inventó la biometría. Las leyes de la herencia que estableció resultaron erróneas, pero en 1883 creó una nueva doctrina, el eugenismo, destinada a mejorar la especie humana favoreciendo a los individuos mejor dotados. Lo hizo, en respuesta al temor a la “degeneración” que se apoderó de las clases altas: las enfermedades contagiosas, el alcoholismo, la prostitución se desarrollaban entonces con la Revolución Industrial.
A comienzos del siglo XX, los biólogos redescubrían las (...)