Con su físico hollywoodense y su leve acento bávaro, Klaus Probst encarna la síntesis perfecta del ciudadano del mundo y del industrial encerrado en su fortaleza. El “modelo alemán”, tan a menudo invocado, puede hacer agua; ninguna duda inquieta a este ingeniero convertido en gran empresario. “Nuestro sistema constituye ciertamente un modelo”, asegura con la voz pausada. “Cuando vemos la manera en que los sindicatos reaccionan en Francia al desempleo, nos damos cuenta de la ventaja que tenemos en Alemania, donde todo el mundo consigue entenderse con soluciones razonables. El acuerdo social que reina en nuestro país me parece de una gran estabilidad; no veo ninguna amenaza en el horizonte”.
Indestructible, el optimismo de Probst está a la altura de la multinacional que preside: Leoni AG, el mayor proveedor europeo de sistemas de cableado para la industria del automóvil. En el último año llevó a cabo un volumen de negocios de (...)