En Huanuni, entre los caóticos repliegues del altiplano, existe una mina de estaño. En otras zonas hay oro, cobre, antimonio, plata, zinc. Además de petróleo y gas natural, materias primas que hicieron estallar el polvorín, por decirlo de alguna manera… Pero aquí en Huanuni, si se violan las entrañas de la tierra en la opresiva oscuridad de kilómetros de galerías hasta al menos 240 metros, es para robarle su estaño. Durante las 24 horas del día 850 mineros trabajan por 1.000 bolivianos mensuales, alrededor de 125 euros. Uno de ellos confía: “Para ganar tres mitas trabajamos incluso los domingos”. La mita corresponde a un día de labor; si sacrifica su descanso dominical, el trabajador percibe ese salario multiplicado por tres.
Por lo tanto, aquí no hay nada que perder. Si es necesario, cuando es necesario, los mineros afluyen a La Paz con un cartucho de dinamita en la mano. “Tuvimos muertos, (...)