Desde hace varios años, y más particularmente tras los atentados de enero y noviembre de 2015 en París, el fenómeno de los yihadistas nacidos o que han crecido en Occidente alimenta numerosos interrogantes y polémicas. Cada ataque en Europa o en Estados Unidos vuelve a abrir el debate sobre las raíces del mal y sobre la manera más eficaz de circunscribirlo. La idea de una responsabilidad única y exclusiva del islam, como religión y cultura, envenena el debate público incluso aunque sus partidarios siguen siendo minoritarios, sobre todo en el tablero político. En un contexto en el que las redes sociales desempeñan el papel de caja de resonancia para estas tesis de tipo esencialista, diversos especialistas europeos –islamólogos, politólogos o expertos en conflictos– intentan, sin coincidir siempre entre ellos, que se escuchen explicaciones más matizadas.
Así, cuando se le pregunta al sociólogo Fahrad Khosrokhavar sobre las motivaciones de los yihadistas, de (...)