Es difícil saber con precisión cómo será la política exterior de Donald Trump. El futuro Presidente no ha detallado sus intenciones ni en documentos escritos ni en discursos. Muchos le atribuyen un enfoque poco informado o incoherente, alimentado por los grandes titulares de la prensa y por su experiencia como empresario. Algunas entrevistas o declaraciones de campaña y, más recientemente, la elección de los miembros de su Administración permiten ver este asunto con un poco más de claridad. Trump posee su visión, tal vez no reflexionada durante mucho tiempo pero relativamente coherente, del mundo y del lugar que ocupa su país. Dicha visión contrasta con la de la mayoría de los expertos o responsables políticos apreciados por Washington.
Estos últimos, como lo puede percibir rápidamente cualquiera que pase unos días en la capital, ven círculos concéntricos que se despliegan a partir de la Casa Blanca. Canadá, el Reino Unido y los (...)