A finales de octubre de 2015, el primer ministro húngaro Viktor Orbán afirmaba: “El islam no tiene nada que ver con Europa. Se trata de un conjunto de reglas que fueron creadas para otro mundo y que fueron importadas a nuestro continente”. Esto provocó inmediatamente una dura respuesta por parte del líder de la comunidad islámica de Bosnia-Herzegovina. El reisu-l-ulema Husein Kavazovic le recordó que el judaísmo y el cristianismo también nacieron fuera de Europa.
Los dignatarios musulmanes del sudeste de Europa suelen empeñarse en distinguirse de las comunidades de Occidente, inicialmente formadas por inmigrantes, insistiendo en la larga historia del islam en los Balcanes. Esta preocupación por el arraigo responde, por supuesto, a las pretensiones de “autoctonía” de los nacionalismos balcánicos, siempre proclives a pretender que los derechos mejor fundados serían los del pueblo presente desde hace más tiempo en un territorio. Pero también remite a las obsesiones islamófobas, que (...)