Para él, lo que pasa en el mundo es cruel e inexplicable. Y lo da por supuesto. Concentra toda su energía en lo inmediato, en arreglárselas para ir tirando y en encontrar una manera un poco más ingeniosa de salir de la situación. Ha observado que en la vida ocurren y vuelven a ocurrir muchas circunstancias y muchas situaciones, y por eso, aunque sean raras, siempre resultan familiares. Desde muy temprana edad conoce las bromas, las máximas, las sugerencias, los consejos, los trucos del oficio y las tretas en relación con los enigmas que la vida nos ofrece a diario. Y así se enfrenta a ellos con una anticipación proverbial. Casi nunca se le ve perplejo.
Estos son algunos de los axiomas de la anticipación proverbial que se ha procurado.
El culo es el centro del cuerpo masculino; es ahí donde diriges la primera patada que le das a (...)