El proyecto de construir una sociedad autónoma y ahorrativa cuenta hoy en día con una amplia adhesión, aunque sus partidarios se enrolen en corrientes diferentes: decrecimiento, anti-productivismo, desarrollo recualificado, y hasta desarrollo sostenible. Por ejemplo, la consigna de anti-productivismo desarrollada por los Verdes corresponde exactamente a lo que los “objetores de crecimiento” llaman decrecimiento. La misma convergencia se verifica respecto de la posición de Attac, que en uno de sus folletos propone “evolucionar hacia una desaceleración progresiva y razonada del crecimiento material, bajo condiciones sociales precisas, como primera etapa hacia el decrecimiento de todas las formas de producción devastadoras y depredadoras”.
Y de hecho, el acuerdo sobre los valores que la necesidad de “reevaluación” vuelve deseables, va mucho más allá de los partidarios del decrecimiento, pues algunos defensores del desarrollo sostenible o del desarrollo alternativo tienen propuestas similares. Todos coinciden en la necesidad de reducir de manera importante la impronta (...)