e ha hecho la tarjeta. La solicitud era fácil de rellenar. Un documento de identidad, dos nóminas, un justificante de domicilio, un extracto bancario y la última notificación de impuestos. Ahora esta mujer dispone de un crédito renovable, o “rotativo”, y podrá pagar las compras en Carrefour con una tarjeta Pass. Insiste en que tiene dinero, pero nunca en el momento oportuno; y pagar en efectivo, pues no, ya no podía. También, la ventaja con este tipo de crédito es la discreción: un televisor o un paquete de pasta, nadie se enterará.
Le ha puesto un comentario de aquí te espero al repartidor. Porque el filete, la ensalada y las cebollas están patas arriba, revueltos en su caja de cartón manchada de grasa. Y eso porque el repartidor, que cobra por carrera, al final se ha caído de la bici por saltarse una y otra vez los semáforos bajo una lluvia (...)