Ya sea en versión moderna, con espada láser, como en versión arcaica practicada con cimitarra en los países árabes del Golfo, resulta paradójico que este combate coreografiado consista en un enfrentamiento entre supuestos enemigos que requiere del buen entendimiento de sus protagonistas. Una parte importante de la opinión pública árabe considera que la relación conflictiva entre Estados Unidos e Irán en Irak sería otra muestra de esta misma paradoja. Para algunos, que sufren de “conspiranoia”, se trataría de un acuerdo secreto entre las dos partes; para otros, más realistas, de una confrontación que beneficiaría a las dos partes y que ambas tienen interés en perpetuar.
Con ello, Washington se aseguraría la lealtad de sus protectorados regionales, y podría seguir vendiéndoles armas por valor de miles de millones de dólares.
Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos ocuparon, respectivamente, el segundo y cuarto puesto en la clasificación de importadores de (...)