El pasado julio, una profesora de la Universidad Concordia de Montreal tuvo que disculparse por haber pronunciado la “N-word”, la palabra nègre: había citado, en clase, el título de un clásico del pensamiento político quebequés, Nègres blancs d’Amérique (Los negros blancos de América, 1968), de Pierre Vallières. Señalada por los estudiantes, la culpable admitió públicamente haber abusado del “poder” que le conferían sus “privilegios” de blanca y docente. Ese mismo verano, una periodista de la televisión pública había sido suspendida por mencionar dicho libro durante una reunión de producción. En el momento de su publicación, la obra pretendía asociar los movimientos negros de emancipación de Estados Unidos y los quebequeses de Canadá. En 1966, Vallières incluso había acudido a Nueva York para reunirse con los Black Panthers. De un tiempo a esta parte, su ensayo ha pasado a ser literalmente innombrable.
A principios de año, un profesor de una escuela secundaria (...)