Cuando los británicos se retiraron de Ceilán, en 1948, dejaron un Estado independiente unificado donde antes habían convivido, durante siglos, dos reinos cingaleses y un reino tamil. Los tamiles (el 18% de la población, entre hindúes y cristianos) vivían principalmente en el norte y el este del país. Los cingaleses (el 74% de la población, en su gran mayoría budistas) dominaban el centro y el sur de la isla, donde se encuentra la capital, Colombo. Los tamiles fueron mimados por el colonizador británico, que los utilizó como relevo de su Administración.
Con la llegada de la independencia, dos concepciones diferentes se enfrentaron. Por un lado, la idea de que Ceilán (rebautizada Sri Lanka en 1972) es “una isla y una sola nación” y debía seguir siendo un Estado unitario multiétnico. Esta posición es la que sostenían los cingaleses, la minoría musulmana (7,5%), pero también algunos pocos tamiles. Para la segunda, defendida (...)