Imagínense un mundo donde los comedores escolares pertenecen a firmas como Coca-Cola o McDonald’s; un mundo donde empresas pakistaníes discuten con sus homólogas paraguayas el número de días de vacaciones que conceden al año y el importe del salario por hora; un mundo donde Hugo Chávez sólo hubiera podido ser presidente de Venezuela si aceptara gobernar como Anthony Blair.
Ese mundo es el soñado en los salones de la Embajada de Australia, en Ginebra, donde se reúnen, además de los representantes de la Unión Europea, los de unos cincuenta países: Estados Unidos, Noruega, Canadá, Australia, Japón, Taiwán, México, Colombia, Chile, Turquía, Pakistán… Estos Estados, a los que pronto deberían unirse Brasil y China, representan más del 70% de los intercambios mundiales de servicios. Desde febrero de 2012 negocian el Acuerdo sobre Comercio de Servicios (ACS, o TISA, según el acrónimo en inglés), que querrían ultimar de aquí a 2015.
El 28 de (...)