Una lectura distraída de los acontecimientos podría hacer pasar este caso de manual por un asunto aislado. El pasado verano se dictaminó que la entidad France Télécom y su expresidente director general (PDG) Didier Lombard, al igual que sus segundos, Louis-Pierre Wenès y Olivier Barberot, tendrán que comparecer en 2019 por acoso laboral. Deberán rendir cuentas por los suicidios de decenas de empleados a finales de la década de 2000.
Por aquella época, la situación de France Télécom cambió. Desde 2004, más del 50% de su capital procede de inversiones privadas y todo el sector de las telecomunicaciones se encuentra abierto a la competencia. La empresa pasó entonces a tener una gestión de tipo “gobernanza”, principalmente “responsabilizando” a su personal.
Los subalternos, más que empleados directamente “socios” de la empresa, aprendían a hacerse valer ante sus superiores inmediatos, que elegían a sus equipos de trabajo. Debían alcanzar objetivos irreales, desarrollar métodos de (...)